Antes
de redactar estos tres días, queremos
comentar algo muy importante que probablemente cambie el mundo y la forma de
pensar de mucha gente. Y es que antes creíamos que había un solo prototipo de
americano, el que todos estamos
pensando; uno gordito y rojito del sol. Pues no señores, ahora que hemos
inaugurado la gran playa de N. Myrtle beach, que por cierto es mas grande que
Benidorm y lo que mas nos gusta de ella es que no tiene piedras aunque si
tiburones (no sabemos hasta que punto nos compensa…), hemos descubierto que hay
otro prototipo de americano, que esta empezando a pisar fuerte y esta subiendo
como la “bitza” (haciendo mención a esa maravillosa residencia de Bakio:
bitz-gane a la que le mandamos un cordial saludo). Este nuevo canon que se esta
estableciendo consiste en una delgadez aceptable unida a un exceso de rayos UV
que hace que sus pieles sean más negras que las de Javi Gastaka después del
verano (enserio). Aunque estos tienen un
toque rojecillo que les hace parecerse a unas pasitas.
Este
gran paseíto por la playa, que puede considerarse nuestro primer acercamiento
hacia la fauna de Myrtle beach (y sí, si quiero decir fauna, no flora, porque
aquí muchos parecen mas animales-vacas, cerdos- que personas) dio mucho de sí.
Sergei hizo nuevos amigos y vino a contarnos que había encontrado un nuevo
trabajo: socorrista. Cosa que nunca llegará a suceder. Esa misma tarde se
dirigió a donde hacen las pruebas y le dijeron que no tenia “Social security” y
que por ello no podría trabajar para ellos. Creo que a nosotras Maty nos
llevará mañana a por ella. El no podrá, no por ser especialito, raro, o haber
llegado más tarde, sino porque esta DESPEDIDO. Sí, como lo oís, a Sergei lo han
despedido, y no solo de la heladería sino también de la casa. Ya le tenían
manía y el otro día se puso a chillar como un loco en la heladería por haber
pronunciado mal su nombre y la manager se enfado un montón. Al día siguiente,
habiendo cocinado nosotras unas verduritas a la plancha deliciosas, entro
Matthew, y cuando nos disponíamos a hablarle de nuestra riquísima comida…
“Sergei, pick up your stuff, ¡You are fired!” Maty lo llevó a la estación de
autobuses y lo dejo a la deriva. Ahí se acabo nuestra aventura con el chico
siberiano, salió de nuestras vidas igual que entro, y al parecer, nunca
sabremos que esta siendo, ni será de él.
Esa
misma noche tuvimos nuestra primera fiesta al mas puro estilo americano, esta
fiesta se debía al cumple de Mauricio, Mauri para nosotras. Bueno, la verdad
sea dicha, nosotras solemos llamarle Marcelo, ya que nos solemos equivocar.
Sergei estaba muy emocionado, pero no pudo ser, ya que a estas horas ya estaba
rumbo al país de nunca jamás. La fiesta fue en nuestro jardín de atrás y en el
“Laundry and party room”, limpiamos esa zona para la ocasión y compramos
patatas y una tarta. Ellos trajeron cervezas y aguarrás (a no, aguardiente,
¡puag!). Entre pitos y flautas,
estuvimos unas 35 personas, de todo tipo de nacionalidades: Americanos, Rumanos
(sí, Idurre, sí), Colombianos, Rusos, Bulgaros, y el mismísimo Shakiro. Nuestra
preciosa tarta sigue en la nevera, no porque sobrara, sino porque no se les
ocurrió otra idea que estampársela en la cara al cumpleañero (13$ a la basura),
rescatamos lo que pudimos tras una guerra de tarta, y la guardamos los restos
en la nevera. Ibone ya ha disfrutado en varias ocasiones de trocitos y Argi,
por el contrario, no come sobras.
El antes |
El después de Mauri |
Esta
noche pasaría algo inimaginable pero inevitable, Olga rompería con Alex, el
noviete treintañero que se había echado. Ella estaba dolida porque el había
dicho que no eran novios y decidió poner fin a ese idilio veraniego. Ahora esta
free como un pajarillo, a ver si hace honor a su apodo “Olga Alonsa” y se echa
otro. Ella era el alma de la fiesta, todos coreaban su nombre mientras ella
movía el cuerpo al son de la música siguiendo las pautas que había aprendido
horas antes de Ibone y Shakiro. Ojala tubieramos un video, mortal.
La pareja feliz (Alex y Olga) |
Permitidnos
presentaros brevemente a Shakiro, es el hermano de Claudia, la semijefa de Argi
de la heladería, no nos dejan hablar con el, porque dicen que esta cogido. Se
conoce que ha tenido algo con Jessica, una que trabaja en la heladería con
Ibone, y todos quieren que estén juntos. Nos llevo a casa después del trabajo y
empezamos a estrechar lazos, sin ningún tipo de intención, ¿por qué? Dejemoslo
en que no es nuestro tipo. Eso sí, es muy gracioso. Ibone y él bailaron todo
tipo de música para calentar el body mientras cenabamos, le mostraron a Olga
sus pasos más personales, desde los más sencillos a los más sensuales.
Habíamos
invitado a todos los trabajadores de nuestra zona a la fiesta. A eso de las
tres apareció por la fiesta Cory, un chico que teníamos fichado en Barefoot, y
comprendimos el daño que hace el alcohol a la sociedad. Paso de ser el rubio
del toro mecánico, a ser…mmm… hemos tratado de buscar la frase adecuada pero es
imposible encontrarla. Tenía menos gracia que los del club de la comedia. Un amigo suyo, casi tan alto como Shaquille O'neal, pero
que no sabemos ni si llegaba a la mayoría de edad (mentalmente por supuesto que
no) tubo el valor de decir que estaba sucio y que necesitaba que alguna lo
limpiara. No sé si el conseguiría soltar eso que decía tener, pero lo que si
sabemos es que nosotras soltamos otra cosa, vomito, del asco.
El baile del deseo (Cory, Olga y Shaquille) |
Al
día siguiente sería el cruel de Maty quién aporrearía nuestra puerta a las diez
de la mañana, pero no era para otra cosa que darle la bienvenida al mismísimo ¡Petraaaaa!
Ya era hora de que se dignara a aparecer por aquí. Le acompañaba un compañero,
se llama Gades, y ambos son de Lituania. Aun así Matthew se portó muy mal, echó
a patadas a varios que se habían quedado a dormir en casa para no coger el
coche después de beber. Y aunque a nosotras no nos dijera nada, mando a las
rusas a recoger el desastre que había y tuvimos que levantarnos nosotras
también, parece ser que no le basta con nuestro trabajo en la heladería. Había
tarta por todas las paredes y un colombiano se había olvidado los zapatos.
Argi, Valerie y Tanya |
Labanaktis. (Nos lo ha enseñado Petras)
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