Que bueno que viniste

Que bueno que viniste

domingo, 10 de junio de 2012

Unos vienen y otros se van



Antes de redactar estos tres días,  queremos comentar algo muy importante que probablemente cambie el mundo y la forma de pensar de mucha gente. Y es que antes creíamos que había un solo prototipo de americano,  el que todos estamos pensando; uno gordito y rojito del sol. Pues no señores, ahora que hemos inaugurado la gran playa de N. Myrtle beach, que por cierto es mas grande que Benidorm y lo que mas nos gusta de ella es que no tiene piedras aunque si tiburones (no sabemos hasta que punto nos compensa…), hemos descubierto que hay otro prototipo de americano, que esta empezando a pisar fuerte y esta subiendo como la “bitza” (haciendo mención a esa maravillosa residencia de Bakio: bitz-gane a la que le mandamos un cordial saludo). Este nuevo canon que se esta estableciendo consiste en una delgadez aceptable unida a un exceso de rayos UV que hace que sus pieles sean más negras que las de Javi Gastaka después del verano (enserio).  Aunque estos tienen un toque rojecillo que les hace parecerse a unas pasitas.

Este gran paseíto por la playa, que puede considerarse nuestro primer acercamiento hacia la fauna de Myrtle beach (y sí, si quiero decir fauna, no flora, porque aquí muchos parecen mas animales-vacas, cerdos- que personas) dio mucho de sí. Sergei hizo nuevos amigos y vino a contarnos que había encontrado un nuevo trabajo: socorrista. Cosa que nunca llegará a suceder. Esa misma tarde se dirigió a donde hacen las pruebas y le dijeron que no tenia “Social security” y que por ello no podría trabajar para ellos. Creo que a nosotras Maty nos llevará mañana a por ella. El no podrá, no por ser especialito, raro, o haber llegado más tarde, sino porque esta DESPEDIDO. Sí, como lo oís, a Sergei lo han despedido, y no solo de la heladería sino también de la casa. Ya le tenían manía y el otro día se puso a chillar como un loco en la heladería por haber pronunciado mal su nombre y la manager se enfado un montón. Al día siguiente, habiendo cocinado nosotras unas verduritas a la plancha deliciosas, entro Matthew, y cuando nos disponíamos a hablarle de nuestra riquísima comida… “Sergei, pick up your stuff, ¡You are fired!” Maty lo llevó a la estación de autobuses y lo dejo a la deriva. Ahí se acabo nuestra aventura con el chico siberiano, salió de nuestras vidas igual que entro, y al parecer, nunca sabremos que esta siendo, ni será de él.

Esa misma noche tuvimos nuestra primera fiesta al mas puro estilo americano, esta fiesta se debía al cumple de Mauricio, Mauri para nosotras. Bueno, la verdad sea dicha, nosotras solemos llamarle Marcelo, ya que nos solemos equivocar. Sergei estaba muy emocionado, pero no pudo ser, ya que a estas horas ya estaba rumbo al país de nunca jamás. La fiesta fue en nuestro jardín de atrás y en el “Laundry and party room”, limpiamos esa zona para la ocasión y compramos patatas y una tarta. Ellos trajeron cervezas y aguarrás (a no, aguardiente, ¡puag!).  Entre pitos y flautas, estuvimos unas 35 personas, de todo tipo de nacionalidades: Americanos, Rumanos (sí, Idurre, sí), Colombianos, Rusos, Bulgaros, y el mismísimo Shakiro. Nuestra preciosa tarta sigue en la nevera, no porque sobrara, sino porque no se les ocurrió otra idea que estampársela en la cara al cumpleañero (13$ a la basura), rescatamos lo que pudimos tras una guerra de tarta, y la guardamos los restos en la nevera. Ibone ya ha disfrutado en varias ocasiones de trocitos y Argi, por el contrario, no come sobras.
El antes
El después de Mauri

Esta noche pasaría algo inimaginable pero inevitable, Olga rompería con Alex, el noviete treintañero que se había echado. Ella estaba dolida porque el había dicho que no eran novios y decidió poner fin a ese idilio veraniego. Ahora esta free como un pajarillo, a ver si hace honor a su apodo “Olga Alonsa” y se echa otro. Ella era el alma de la fiesta, todos coreaban su nombre mientras ella movía el cuerpo al son de la música siguiendo las pautas que había aprendido horas antes de Ibone y Shakiro. Ojala tubieramos un video, mortal.
La pareja feliz (Alex y Olga)

Permitidnos presentaros brevemente a Shakiro, es el hermano de Claudia, la semijefa de Argi de la heladería, no nos dejan hablar con el, porque dicen que esta cogido. Se conoce que ha tenido algo con Jessica, una que trabaja en la heladería con Ibone, y todos quieren que estén juntos. Nos llevo a casa después del trabajo y empezamos a estrechar lazos, sin ningún tipo de intención, ¿por qué? Dejemoslo en que no es nuestro tipo. Eso sí, es muy gracioso. Ibone y él bailaron todo tipo de música para calentar el body mientras cenabamos, le mostraron a Olga sus pasos más personales, desde los más sencillos a los más sensuales.

Al más puro estilo Shakiro: 




















Habíamos invitado a todos los trabajadores de nuestra zona a la fiesta. A eso de las tres apareció por la fiesta Cory, un chico que teníamos fichado en Barefoot, y comprendimos el daño que hace el alcohol a la sociedad. Paso de ser el rubio del toro mecánico, a ser…mmm… hemos tratado de buscar la frase adecuada pero es imposible encontrarla. Tenía menos gracia que los del club de la comedia. Un amigo suyo, casi tan alto como Shaquille O'neal, pero que no sabemos ni si llegaba a la mayoría de edad (mentalmente por supuesto que no) tubo el valor de decir que estaba sucio y que necesitaba que alguna lo limpiara. No sé si el conseguiría soltar eso que decía tener, pero lo que si sabemos es que nosotras soltamos otra cosa, vomito, del asco.

El baile del deseo (Cory, Olga y Shaquille)
Al día siguiente sería el cruel de Maty quién aporrearía nuestra puerta a las diez de la mañana, pero no era para otra cosa que darle la bienvenida al mismísimo ¡Petraaaaa! Ya era hora de que se dignara a aparecer por aquí. Le acompañaba un compañero, se llama Gades, y ambos son de Lituania. Aun así Matthew se portó muy mal, echó a patadas a varios que se habían quedado a dormir en casa para no coger el coche después de beber. Y aunque a nosotras no nos dijera nada, mando a las rusas a recoger el desastre que había y tuvimos que levantarnos nosotras también, parece ser que no le basta con nuestro trabajo en la heladería. Había tarta por todas las paredes y un colombiano se había olvidado los zapatos.
Argi, Valerie y Tanya

Labanaktis. (Nos lo ha enseñado Petras)




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